Otro día y otra mentira más sobre Ucrania y las tensiones actuales en las fronteras entre Rusia y Ucrania. Desde su anexión ilegal de la península de Crimea en 2014 hasta su actual agresión militar contra Ucrania, Rusia ha desatado una campaña de desinformación continua y coordinada controlada por el Estado y dirigida a la población rusa, los países vecinos de Rusia y la Unión Europea (UE), así como a otros países, con el objetivo concreto de influir en la opinión pública. Las autoridades rusas, respaldadas por los medios de comunicación controlados por el Estado y un «ecosistema» más grande de medios de comunicación pro-Kremlin, no han escatimado esfuerzos para denigrar a Ucrania, presentarla como una amenaza para la seguridad mundial y atacar a la comunidad internacional por apoyar la soberanía, la integridad territorial y la independencia de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente.
La campaña también ha estado directamente dirigida contra el papel de la UE y otros agentes, en concreto la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), presentándolos erróneamente como supuestas amenazas agresivas contra las «legítimas preocupaciones de seguridad» de Rusia. La reciente concentración de tropas rusas, que comenzó en la primavera de 2021 en la frontera con Ucrania y en la península de Crimea, anexionada ilegalmente, no ha hecho sino aumentar este bombardeo de desinformación.
En este resumen, analizamos los mitos más frecuentes y peligrosos —cuando no mentiras descaradas— relacionados con el conflicto entre Rusia y Ucrania.
1.er mito: «Las tensiones actuales son el resultado del comportamiento agresivo continuo de Ucrania y sus aliados en Occidente. Rusia no hace nada más que defender sus intereses legítimos y no es parte responsable de este conflicto»
Falso. El hecho es que Rusia continúa violando el derecho internacional, así como otros acuerdos de los que forma parte. Al anexionarse ilegalmente la península de Crimea y perpetrar actos de agresión armada contra Ucrania, Rusia, uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ha violado al menos doce tratados internacionales y bilaterales, entre los que se incluyen la Carta de las Naciones Unidas, el Acta Final de Helsinki y la Carta de París, que garantizan la igualdad soberana y la integridad territorial de los Estados, la inviolabilidad de las fronteras, la abstención de la amenaza o el uso de la fuerza, y la libertad de los Estados para elegir o cambiar sus propios acuerdos de seguridad.
En otras palabras, las acciones de Rusia, que socavan y amenazan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania —en particular en la región del Dombás—, son ilegales. Siguen amenazando el orden de seguridad europeo en su esencia y ponen en peligro el orden internacional basado en normas.
En términos de bajas, Ucrania ha sufrido graves pérdidas en el conflicto en curso con Rusia: la agresión rusa ha provocado la muerte de catorce mil ucranianos y causado un número mayor de heridos. El conflicto también ha desplazado a más de un millón y medio de residentes (desplazados internos o IDP, por sus siglas en inglés) de la península de Crimea y el este de Ucrania.
2.o mito: «La situación en Ucrania ha desencadenado este conflicto Existen pruebas de que Ucrania está cometiendo atrocidades contra su población rusoparlante en el este del país. Rusia tiene que intervenir, entre otras cosas, porque Ucrania y Rusia son “una sola nación”. Ucrania simplemente pertenece a la “privilegiada esfera de influencia” de Rusia».
Falso. Las acusaciones de que Ucrania está atacando a su propio territorio y persiguiendo a sus propios ciudadanos son absurdas. Para movilizar el apoyo interno a la agresión militar de Rusia, los medios de comunicación controlados por el Estado ruso han tratado, sin descanso, de desacreditar a Ucrania, acusándola de un presunto genocidio(opens in a new tab) en el este de Ucrania, estableciendo paralelismos con el nazismo y la Segunda Guerra Mundial(opens in a new tab), e inventando historias destinadas a tocar una fibra sensible negativa del público.
Existen muchos ejemplos de estas historias inventadas, como el famoso ejemplo de un reportaje de la televisión rusa que acusaba a las fuerzas ucranianas de crucificar a un niño en el este de Ucrania al comienzo del conflicto. Los verificadores de hechos lograron demostrar con rapidez que la historia era totalmente inventada. Con todo, se siguen elaborando historias parecidas.
En realidad, no existen pruebas de que los residentes rusoparlantes o de etnia rusa del este de Ucrania sean víctimas de una persecución, y mucho menos de un genocidio, perpetrado por las autoridades ucranianas. Esto se ha confirmado en informes publicados por el Consejo de Europa(opens in a new tab), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos(opens in a new tab), y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa(opens in a new tab).
La manida afirmación de que Ucrania y Rusia son «una sola nación» es uno de los mitos más antiguos y profundamente arraigados utilizados contra Ucrania. Incluso desde una perspectiva histórica más amplia, este argumento no se sostiene. Si bien los dos países tienen raíces comunes que se remontan al Rus de Kiev, que existió desde el siglo IX hasta mediados del siglo XIII, no es cierto afirmar que, 800 años después, los ucranianos y los rusos son una sola nación. A pesar de los largos períodos de dominio extranjero, Ucrania tiene una fuerte cultura e identidad nacional y, además, es un país soberano.
La idea de una «nación panrusa» sin fronteras políticas es una construcción ideológica que se remonta a la época imperial(opens in a new tab) y que se ha empleado como instrumento para socavar la soberanía y la identidad nacional de Ucrania. Desde 2014, el Gobierno ruso ha fomentado con renovado vigor el culto a este mito a fin de racionalizar y justificar su agresión militar contra Ucrania.
El concepto de «esferas de influencia» no tiene cabida en el siglo XXI. Como cualquier otro Estado soberano, Ucrania es libre de determinar su propio futuro, sus políticas y alianzas exteriores y de seguridad, así como su participación en organizaciones internacionales y alianzas militares.
Para promover la idea de que Ucrania pertenece a la «esfera de influencia» de Rusia, las autoridades rusas y los medios controlados por el Estado ruso afirman con frecuencia que Ucrania no es un Estado de facto. La propaganda rusa patrocinada por el Estado intenta tergiversar la historia para legitimar la idea de que Ucrania pertenece a la esfera natural de intereses de Rusia.
3.o mito: «En cualquier caso, Ucrania debería mirar hacia Rusia porque la UE y Occidente no están interesados en el país y lo han dejado a su suerte»
Falso. La UE mantiene una asociación estratégica con Ucrania. De hecho, Ucrania se ha convertido en uno de los socios más cercanos de la UE, una asociación consolidada en los últimos años por el Acuerdo de Asociación entre la UE y Ucrania y la zona de libre comercio de alcance amplio y profundo(opens in a new tab). En la actualidad, la UE es el mayor socio comercial de Ucrania y representa más del 40 % de su comercio. La UE respalda una amplia variedad de programas en Ucrania en el marco de la Asociación Oriental(opens in a new tab) y, además, apoya a Ucrania en la puesta en práctica de su agenda de reformas. Desde 2014, la UE ha concedido a Ucrania 17 000 millones EUR en préstamos y subvenciones.
Desde 2014, la UE ha apoyado con firmeza la soberanía, la integridad territorial y la independencia de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente y ha impuesto sanciones restrictivas(opens in a new tab) a Rusia por su desestabilización deliberada de Ucrania, incluida la península de Crimea. La UE también respalda a Ucrania en el fortalecimiento de su resiliencia frente a la desinformación y los ciberataques.
4.o mito: «La crisis actual es culpa de la OTAN y de Occidente. Si hubieran cumplido con su promesa de no ampliar la Alianza, Rusia no se sentiría amenazada»
Falso. Nunca se hizo tal promesa, ni se le pidió a la OTAN. Los medios de comunicación controlados por el Estado ruso afirman con frecuencia que al líder soviético Mijaíl Gorbachov se le prometió «verbalmente» que la OTAN no se expandiría más allá de la Alemania reunificada. De hecho, en 2014, el propio Gorbachov negó esta afirmación en una entrevista(opens in a new tab) en la que manifestó que «el tema de la ampliación de la OTAN no se abordó en absoluto y no salió a colación en aquellos años. Lo digo con toda responsabilidad. Ni un solo país de Europa del Este planteó la cuestión, ni siquiera después de que el Pacto de Varsovia dejara de existir en 1991».
Estos supuestos acuerdos verbales son una ficción. Los miembros de la OTAN nunca asumieron ningún compromiso político o jurídicamente vinculante de no ampliar la Alianza más allá de las fronteras de la Alemania reunificada.
La afirmación de que la OTAN prometió no ampliarse tergiversa la esencia de la naturaleza misma de la Alianza. La OTAN, como alianza defensiva, no se está «expandiendo» en el sentido imperialista. Las decisiones sobre la pertenencia a la OTAN dependen de cada uno de los solicitantes y de los treinta integrantes actuales de la Alianza. Cada Estado soberano puede elegir su camino, y los estados limítrofes, en este caso Rusia, no tienen derecho a intervenir.
5.o mito: «Debido a la expansión agresiva de la OTAN, Rusia ahora está “rodeada de enemigos” y necesita defenderse»
Falso. Ningún país o alianza está conspirando para invadir Rusia; nadie está amenazando a Rusia. De hecho, la UE y Ucrania son firmes defensores del orden establecido de seguridad europea. Hay que recordar que Rusia es el país más grande del mundo en términos de superficie, con una población de más de ciento cuarenta millones de personas, y tiene una de las fuerzas armadas más grandes del mundo, con la mayor cantidad de armas nucleares. Por lo tanto, es absurdo retratar a Rusia como un país bajo una grave amenaza. En términos geográficos, menos de una dieciseisava parte de las fronteras terrestres de Rusia limita con miembros de la OTAN. De los catorce países que colindan con Rusia, solo cinco son miembros de la OTAN.
Tampoco hay argumentos que indiquen que la fuerza militar es la única solución. Existen varias organizaciones internacionales, acuerdos bilaterales y formatos en los que Rusia puede participar en un diálogo colaborativo y pacífico, por ejemplo, en el marco de la OSCE y los regímenes de control de armas. La UE mantiene abiertos los canales de comunicación con Rusia como parte integrante de la política rusa de la UE de cinco principios rectores; existen formatos establecidos de sobra para la comunicación. Así las cosas, como país soberano, Ucrania tiene todo el derecho a elegir sus políticas y alianzas. La idea de que Rusia debería tener poder de veto sobre las decisiones soberanas de Ucrania no tiene fundamento. En este sentido, ni la UE ni la OTAN pretenden tener derecho de veto sobre qué Estados pueden ser miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), porque la UE y la OTAN no son parte de ese tratado.
6.o mito: «En cualquier caso, Rusia no es responsable de las tensiones actuales en Ucrania. Ucrania ha violado deliberadamente los acuerdos de Minsk y Occidente está armando aún más a Ucrania. Rusia necesita reaccionar rápidamente defendiendo sus fronteras. La provocación viene de Occidente»
Falso. De hecho, es Rusia la que acantonó 140 000 soldados y acumuló equipo en las fronteras de Ucrania, incluso en la península de Crimea, anexionada ilegalmente.
Rusia es parte de los acuerdos de Minsk: los documentos formales más recientes en los que Rusia ha reconocido la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Sin embargo, Rusia no ha cumplido su parte en la aplicación de los acuerdos de Minsk. La parte rusa y sus delegados no han logrado poner en marcha un alto el fuego, retirar todo el armamento pesado, aplicar el intercambio recíproco de todos los prisioneros políticos o garantizar la entrega de asistencia humanitaria basada en un mecanismo internacional. Por el contrario, Rusia ha estado fortaleciendo las agrupaciones armadas ilegales en el este de Ucrania. Rusia tampoco permite el acceso sin restricciones de los observadores de la Misión Especial de Observación de la OSCE en Ucrania (OSCE SMM, por sus siglas en inglés), incluso a la frontera entre Ucrania y Rusia, donde la misión de observación (muy limitada) se suspendió debido a un veto ruso en el verano de 2021.
Sin la aplicación total del alto el fuego, la retirada del armamento pesado y el permiso para el pleno acceso a todos los territorios para la OSCE SMM, es difícil discutir la puesta en práctica de los elementos políticos de Minsk II. No obstante, Ucrania aplicó la mayor parte de los acuerdos de Minsk, de la forma más razonada que le fue posible sin tener control sobre el territorio, y abordó todos los puntos. El país ha aprobado, y prorrogado con renovaciones, la legislación sobre estatus especial y amnistía (2014), y ha preparado un proyecto de ley sobre elecciones locales (2014). Ucrania aprobó enmiendas constitucionales para brindar más autonomía a los territorios que actualmente no están bajo su control (2015).
7.o mito «La UE es, en todo caso, débil e irrelevante. ¿Por qué molestarse siquiera en hablar con la UE?»
Falso. La clase dirigente política de Rusia ha trabajado con denuedo para convencer al mundo de que la UE es débil y no tiene interés en promover la paz y la seguridad internacionales. Los funcionarios rusos y los medios de comunicación estatales suelen describir a la UE como un actor irrelevante e incapaz de manejar crisis, ya sea el conflicto entre Rusia y Ucrania o cualquier otro problema internacional. En enero de 2022, el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, llegó a acusar a la UE de «impotencia».
El hecho de que Europa haya disfrutado de la paz desde el final de la Segunda Guerra Mundial es prueba más que suficiente para refutar esta afirmación. La UE, en coordinación con las Naciones Unidas, la OTAN, la OSCE, el Consejo de Europa, los miembros del G7 y otros socios internacionales, ha realizado contribuciones tangibles a la paz y la seguridad en la región europea en general y más allá, incluida Ucrania.
La UE es asimismo la zona económica integrada más grande del mundo y el mayor socio comercial de Ucrania. El ambicioso Acuerdo de Asociación entre la UE y Ucrania acerca a estas dos entidades políticas al respaldar reformas en el país, abrir el mercado único de la UE, y armonizar leyes, normas y reglamentos en varios sectores.
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