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España,atrapada en la OTAN, está al borde de un conflicto que no nos toca

La guerra finalmente se ha desatado de nuevo en Europa,tal como pretendían EE.UU.y su círculo de aliados anglosajones, destacadamente el Reino Unido de Gran Bretaña,nuestros tradicionales enemigos,deseosos de una Europa débil y enfrentada a Rusia, en un conflicto internacional que,de no tenerse cuidado, podría convertirse en mundial, y que está contribuyendo ya, más si cabe, al alza de precios y desabastecimiento de productos en Occidente.

España, atrapada en la OTAN, está alborde de un conflicto que no nos toca.
En Marcha

¿Cómo se ha llegado a esta situación? Viene de lejos.Estos meses atrás, no obstante se reactivó, cuando el presidente ruso Vladímir Putin comenzó a alternar presión militar y ofrecimiento de soluciones diplomáticas en la estancada cuestión ucraniana, decidiéndose finalmente por una solución bélica, difícil y arriesgada, atacando a Ucrania. Putin argumenta la escalada armamentística de la OTAN en Ucrania, las sanciones occidentales a Rusia (incluido el cierre del gasoducto Nord Stream II),los incumplimientos de los acuerdos de Minsk II de 2015, la intransigencia del presidente ucraniano Volodimir Zelenski (claramente en manos de la OTAN) y, en definitiva, la defensa de la región rusófona ucraniana de Dombás,reconocida su independencia pocos días antes de forma oficial por el gobierno de Vladímir Putin,así como los históricos lazos de Rusia con Ucrania, que es sin duda una de las cunas de la patria rusa. Pero la situación no se circunscribe sólo a Ucrania: el mundo vive momentos graves y decisivos en que se decide nuestro futuro a corto y largo plazo.

Las viejas y fértiles tierras de España, atrapada en la OTAN, está al borde de un conflicto que no nos toca Ucrania viven una guerra que,no obstante, viene de 8 años atrás, de 2014, cuando tras el sangriento golpe de Estado dado por fuerzas opositoras liberales (con decisiva ayuda de la OTAN) al gobierno ucraniano del prorruso Víktor Yanukóvich, Dombás y otras regiones rusófonas de Ucrania se rebelaron contra Kíev, iniciándose una verdadera guerra civil que devino de separación (que estaba activa a inicios de 2022 y contaba con más de 14.000 víctimas entre ambos bandos,numerosos civiles incluidos),conflicto en paralelo al cual intervino Rusia ya en 2014, cuando logró recuperar manu militari pero de forma incruenta la estratégica península de Crimea,poblada muy mayoritariamente por rusos y que había pertenecido a Rusia desde 1783 a 1954, año en que fue cedida a Ucrania (dentro de la URSS) por Nikita Jruschov,para conmemorar los 300 años del tratado de Pereyáslav entre Rusia y los cosacos ucranianos de Zaporiyia.

A nadie responsable y consciente debe escapar que los ucranianos de a pie son víctimas del enfrentamiento entre grandes potencias, que se disputan el control y venta de gas (los yanquis nos lo van a vender un 50% más caro que los rusos) y otros elementos estratégicos (trigo, cebada, girasol, etc) y que España, como el resto de la U.E. (con el corrupto socialdemócrata Borrell como portavoz y burdo imitador de Guerra en Europa Churchill),es en todo este conflicto una comparsa de EE.UU.que nos usa como tropas de choque, en contra de nuestros propios intereses, y con imprevisibles consecuencias: el gobierno del PSOE, bajo instrucciones de la OTAN,de forma totalmente irresponsable, y apoyado por la supuesta oposición, ya ha entregado armas al bando ucraniano, convirtiendo con ello a España en potencial objetivo militar ruso.

Por si eso fuera poco, tenemos posicionados en países del entorno (en Letonia en concreto desde hace años) tanques, buques de guerra y cientos de soldados españoles que aumentarán en las próximas semanas, en una guerra que los falangistas ya avisamos en enero que no es la nuestra. Soldados españoles que deberían estar en casa o salvaguardando nuestra frontera de Ceuta y Melilla con Marruecos. España, atrapada en la OTAN y al borde de una guerra, debería mirar por sus intereses nacionales y no por los del mundo liberal-capitalista anglosajón.Algo ahora mismo imposible,con gobiernos colaboracionistas de PSOE y PP (verdaderos partidos de la guerra) que llevan décadas vendidos al poder atlantista,exactamente igual que la oposición parlamentaria, desde VOX a Podemos,unos abiertamente, otros más veladamente.

UE

La solución a esta guerra, que puede devenir mundial, debería pasar por la diplomacia y no por las armas, probablemente convirtiendo a Ucrania en una nación neutral. Ese papel mediador debería ser el de España (a la que por cierto durante años se le ha presionado desde la OTAN para clausurar acuerdos bilaterales con Rusia, como el del atraque de buques rusos en Ceuta). Una posición, la nuestra, la de los falangistas, totalmente opuesta a la que masivamente y d forma unívoca, totalitaria, se defiende desde los medios de “comunicación” de masas, volcados –como hasta hace poco se hacía con el covid– en un mensaje único de “gran hermano” supuestamente protector de Ucrania, con mensajes parciales que no admiten otra versión que la oficial televisiva, que ya están provocando censuras diversas y que podría perfectamente acabar en un recorte aún mayor de la libertades en Occidente en general y en España en particular,como venimos viendo desde que se inició la así llamada pandemia, y contra el que debemos, también, estar viendo desde que se inició la así llamada pandemia, y contra el que debemos, también, estar muy alerta.

FUENTE: https://enmarcha.tv/