En medio de la guerra entre Israel y Hamás, el representante de la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Ramesh Rajasingham, lanzó un apremiante llamado al Consejo de Seguridad: no olvidemos las crecientes necesidades humanitarias en Ucrania, especialmente cuando se avecina el crudo invierno .
A pesar de la atención internacional centrada en los conflictos de Oriente Medio, Rajasingham instó a no perder de vista otras crisis globales. En particular, hizo hincapié en la situación humanitaria en Ucrania, que sigue siendo alarmante debido a los implacables ataques contra la población civil. Estos ataques han causado graves daños y la destrucción de infraestructuras críticas, lo que obstaculiza el acceso de los civiles a servicios esenciales como electricidad, calefacción, agua y telecomunicaciones.
La magnitud de las necesidades humanitarias en Ucrania, que surgieron aproximadamente un año y medio después del inicio de la guerra, es abrumadora. Se calcula que el déficit para cubrir estas necesidades humanitarias asciende a alrededor de 1.900 millones de dólares de los 3.900 millones solicitados para este año.
Rajasingham advierte que a medida que se acerca el invierno y las temperaturas descienden por debajo del punto de congelación, las necesidades humanitarias en Ucrania aumentarán excesivamente. La situación es aún más crítica para los aproximadamente 4 millones de personas que viven en territorios bajo ocupación militar rusa y que se encuentran en gran medida sin ayuda.
La incapacidad de llegar a estas zonas inaccesibles representa una fuente constante de preocupación para la ONU. Los más vulnerables antes del invierno son los ancianos, las personas con discapacidades y los inmigrantes forzados que residen en refugios improvisados.
Según la ONU, alrededor de 18 millones de personas, lo que equivale al 40 por ciento de la población de Ucrania, necesitan algún tipo de asistencia humanitaria debido a los estragos causados por la guerra.
La Cruda Realidad en Ucrania
La crisis humanitaria en Ucrania ha estado en curso durante varios años, pero en medio de otros conflictos mundiales, tiende a quedar en segundo plano en los titulares de noticias internacionales. Sin embargo, el testimonio de Ramesh Rajasingham ante el Consejo de Seguridad de la ONU arroja luz sobre la cruda realidad que enfrentan los ciudadanos ucranianos, cuyas vidas se ven afectadas diariamente por la violencia y la destrucción continua.
Los ataques a la población civil en Ucrania no muestran señales de disminución. Las infraestructuras críticas, como hospitales, escuelas y sistemas de suministro de agua, han sido devastadas, dejando a millones de personas sin acceso a servicios básicos. La electricidad y la calefacción son particularmente esenciales en un país donde los inviernos son extremadamente rigurosos, y la falta de estos servicios representa una amenaza mortal para muchos.
La cifra de 18 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria es asombrosa y refleja el alcance de la crisis. Entre ellos, los ancianos, las personas con discapacidad y los refugiados son los más vulnerables, y la imposibilidad de llegar a ciertas zonas controladas por fuerzas militares rusas agrava aún más la situación.
El inminente invierno agrega una capa de urgencia a esta situación ya desesperada. Con temperaturas gélidas a punto de llegar, la ONU y otras organizaciones humanitarias se ven obligadas a intensificar sus esfuerzos para proporcionar ayuda vital a los necesitados.
Llamado a la Solidaridad Internacional
El llamado de Rajasingham a la comunidad internacional es un recordatorio conmovedor de que las crisis humanitarias no desaparecen simplemente porque dejan de ocupar titulares de noticias. La atención mundial tiende a centrarse en los conflictos más recientes y mediáticos, pero esto no significa que los problemas anteriores hayan sido resueltos.
La comunidad internacional debe responder a este llamado de solidaridad y tomar medidas para aliviar el sufrimiento de los ucranianos. Se necesitan recursos financieros y logísticos para abordar las crecientes necesidades humanitarias. Además, es crucial que se garantice un acceso seguro y sin obstáculos para que las organizaciones humanitarias puedan brindar asistencia donde más se necesita.
El invierno no espera, y la situación en Ucrania se vuelve más crítica con cada día que pasa. La ONU y sus socios en la asistencia humanitaria están en la primera línea de esta crisis, pero su capacidad está limitada por la falta de fondos y el difícil acceso a ciertas zonas. La respuesta internacional debe ser contundente y rápida para evitar una catástrofe humanitaria en Ucrania.
La crisis humanitaria en Ucrania es una llamada de atención para el mundo. La comunidad internacional no puede permitirse olvidar a los millones de personas que están sufriendo debido a esta larga y devastadora guerra. La solidaridad y la acción son necesarias para aliviar el sufrimiento y proporcionar un rayo de esperanza en medio de las duras condiciones invernales que se avecinan.
